Involucrar a tus hijos en la cocina puede ser una manera divertida de pasar tiempo con ellos mientras les enseñas habilidades valiosas que podrán usar a medida que crezcan. Cocinar no solo es divertido, también ayuda a los niños a leer, aprender matemáticas, organizar cosas y volverse independientes. Cuando los adultos pasan tiempo con los niños en la cocina, se fortalecen los lazos y se fomenta la apertura entre los pequeños y los grandes.
Aprendiendo lo Esencial de la Cocina y la Alimentación
Puedes enseñar a tus hijos actividades básicas de cocina y gastronomía desde la edad de 3 años. Déjalos lavar las frutas y verduras bajo tu supervisión. Esta es una de las formas de convertir la fascinación de tus hijos en una experiencia de aprendizaje, permitiéndoles descubrir diferentes tipos de frutas y verduras. También pueden ayudar a verter y mezclar masa o batir leche. Un niño de 5 o 6 años puede ayudar a estirar masa, cortar galletas con formas peculiares, preparar ensaladas o sándwiches, o limpiar las superficies de la cocina antes y después de cocinar. Vístelos con pequeños delantales y guantes de cocina o limpieza. Haz que se den cuenta de la alegría de ayudar, la importancia de la limpieza y los beneficios de lograr tareas simples desde una edad temprana. A medida que crezcan, puedes enseñarles a leer recetas, escribir listas de compras y poner la mesa. Cuando lleguen a la etapa preadolescente, usar el microondas, hacer recetas sencillas y cortar alimentos con cuchillos afilados será pan comido.
Aprendiendo el Abecedario, Estilo Cocina
Fascina a tus hijos con letras comestibles. Esta divertida actividad necesita rebanadas de pan, mantequilla y queso. Deja que tu hijo te observe mientras desmenuzas el queso y cortas el pan en pares de letras. Usa dos pedazos de pan para cada letra que elijas. Deja que tus hijos tomen de 1 a 2 cucharadas de mantequilla. Derrite la mantequilla en una sartén antiadherente a fuego medio. Haz que tus hijos te pasen los pedazos de pan con forma de letra. Coloca una letra en la sartén y espolvoréala con queso desmenuzado por encima. Coloca la segunda letra encima de la primera y presiona ambas suavemente. Cubre y deja cocinar por aproximadamente dos minutos o hasta que la parte inferior esté dorada y el queso un poco derretido. Dale la vuelta y repite todo el procedimiento. Presenta tu alfabeto de queso a tu hijo como un desayuno o bocadillo delicioso. Para una versión más sencilla que permitirá que tus hijos tengan más tiempo para interactuar, utiliza una prensa para sándwiches que no esté muy caliente o un horno tostador portátil. Solo asegúrate de mantener un ojo vigilante.
Haciendo Pudín con Criaturas
Los niños están siempre ansiosos por ensuciarse las manos. Así que, antes de que empiecen a hacer un lío con tortas de barro, es mejor dejar que experimenten con comida real. Agrega un toque de arte para despertar su interés. Comienza con cupcakes de pudín y galletas de chocolate que compres. Después, deja que tus hijos ayuden a decorar vasos transparentes. Utiliza vasos pequeños de bebida para niños para un mejor efecto. Los niños colocan migas de galleta en capas, comenzando desde el fondo. Luego, deja que tus hijos coloquen gusanos de gomita presionándolos contra el vaso transparente. Deja que uno o dos gusanos de gomita sobresalgan por el borde, una vez que el vaso esté lleno de migas.
