Cuando pienso en comida reconfortante, usualmente pienso en… pesada, grasosa, frita y culpable, ¡culpable, culpable, culpable!
Por suerte, esta receta de pollo a la parmesana no solo es una deliciosa comida reconfortante, sino que también te deja sin culpa. Es una versión ligera, fresca y fácil del plato clásico, ¡así que no te sentirás mal por volver a repetir!
Por lo general, el pollo en el pollo a la parmesana se fríe, pero yo opto por otra ruta y horneo el pollo. Es mucho más saludable y queda igual de crujiente y jugoso que el tradicional.
Lo sirvo sobre una pequeña cama de espaguetis rigati y rúcula; es perfecto porque toma la mitad del tiempo y, mejor aún, la mitad del lío.
¡Espero que lo disfrutes!
Pollo a la Parmesana Sin Culpa
Ingredientes
4 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel, aplanadas
1 taza de pan rallado sazonado
Sal y pimienta
1 huevo
1/4 de taza de leche baja en grasa o desnatada
4 rebanadas de mozzarella
Ingredientes para la Salsa
1 lata de puré de tomate
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo enteros
3-4 hojas de albahaca fresca
3 cucharadas de crema espesa
Sal y pimienta
Sal de ajo
Un trozo de mantequilla (opcional)
Instrucciones
Bate el huevo y la leche juntos en un plato hondo o incluso en una bolsa Ziploc de plástico. Agrega el pollo y cúbrelo con la mezcla de huevo. En una bandeja aparte, cubre la superficie con pan rallado y empaniza uniformemente ambos lados del pollo. Luego coloca el pollo empanizado en un recipiente de Pyrex que ha sido rociado con spray antiadherente.
Coloca en el horno a 220°C (425°F) sin cubrir durante 20-30 minutos, dependiendo del grosor de la pechuga de pollo.
En una cacerola, combina todos los ingredientes de la salsa excepto la crema y la mantequilla y deja hervir a fuego lento durante 20 minutos. Luego retira el diente de ajo y las hojas de albahaca y termina añadiendo la crema espesa y el trozo de mantequilla.
Retira el pollo del horno y vierte de 2 a 3 cucharadas de salsa en el centro del pollo (que debe estar perfectamente dorado y crujiente). Agrega una rebanada de queso mozzarella. Coloca bajo el asador durante uno o dos minutos hasta que todo esté bien derretido; a mí me gusta un poco tostado; y sirve.
¡Y ahí lo tienes: pollo a la parmesana en un abrir y cerrar de ojos! Este plato no tiene nada frito y nada pesado. Es absolutamente ligero y sabroso, y es lo suficientemente fácil de hacer cualquier noche de la semana. Sirve el pollo sobre un poco de espagueti y un poco de rúcula fresca para una deliciosa comida (sin culpa)!

