Recuerda tus vacaciones de verano de la infancia y es posible que te asalten los recuerdos más entrañables de tus viajes en familia. Muchos niños y sus familias han estado esperando todo un año para visitar a sus parientes, hacer un viaje especial o disfrutar de unas vacaciones relajantes. Viajar con niños puede ser un desafío, pero contar con estrategias puede ayudar a que las vacaciones de verano sean más placenteras, especialmente si tienes un hijo con necesidades especiales. Muchas familias con las que he trabajado han tenido experiencias negativas al viajar y han terminado acortando sus vacaciones debido a la falta de planificación. Para evitar estas frustrantes vacaciones de verano, aquí tienes algunos consejos basados en hallazgos de investigaciones y años de experiencia clínica con cientos de familias de niños con necesidades especiales que pueden ayudarte a que tus vacaciones de verano sean exitosas y libres de estrés.
Planifica con antelación
Habla con tu hijo sobre los detalles del viaje y los planes con anticipación. Puedes buscar en línea y mostrarle fotografías de los lugares donde planeas ir, incluido el hotel o la casa donde te alojarás y las actividades que estarán disponibles. Si te quedarás con familiares o amigos, muéstrale fotos de las personas a las que vas a visitar para que pueda familiarizarse con ellas. Encuentra similitudes entre tus hijos y los demás con los que viajarán. Por ejemplo, si a tu hijo le encantan los superhéroes o Star Wars, pregunta a tus familiares sobre sus cosas favoritas. Al familiarizar a tu hijo o hija con los lugares, las personas y las actividades, aumentarás la probabilidad de que entiendan cuáles serán las expectativas del viaje. También estarás creando potenciales situaciones sociales para ayudar a tu hijo a interactuar con los miembros de la familia. Además, al hablar sobre el viaje con anticipación, podrás determinar qué actividades serán de mayor interés para tu hijo o hija. Luego, puedes utilizar estas actividades como recompensas (ver recompensas a continuación).
Apoyo visual
Los niños con necesidades especiales, especialmente aquellos con Trastornos del Espectro Autista, suelen beneficiarse de contar con apoyo visual que les ayude a entender las expectativas. Para ayudar a tu hijo o hija a comprender los planes de viaje, podrías crear algunos proyectos visuales que puedan observar y llevar con ellos mientras se preparan para las vacaciones. Aquí hay dos ejemplos que pueden ser divertidos de crear y útiles para reducir el estrés.
1. Haz un libro de viaje
Si te gusta hacer manualidades, puedes crear un libro de viaje con fotos de tus planes de vacaciones. Haz que tu hijo te ayude a crear su propio libro de viaje eligiendo las fotos o palabras de imágenes en la computadora, escribiendo comentarios o coloreando las páginas. Si tu hijo o hija puede elegir algunas de las fotos que le gustan, es posible que se sienta más emocionado por ir de vacaciones y preste más atención al libro cuando lo estén revisando y hablando sobre sus planes vacacionales.
2. Haz un calendario
Para ayudar a tu hijo o hija a entender cuándo su familia irá de vacaciones y cuándo regresarán a casa, podrías crear un calendario que cuente hasta el día que viajarán y otro calendario que muestre cada día de viaje. Por ejemplo, el 3 de julio puede tener una fotografía de un avión o del coche familiar para que tu hijo sepa el día que volarán o conducirán a su destino. El 4 de julio puede incluir una fotografía de fuegos artificiales con las palabras “fuegos artificiales ruidosos”, así tu hija estará preparada de antemano y será menos probable que haga una rabieta como suele hacerlo cuando escucha ruidos fuertes. El 5 de julio puede tener una fotografía y una etiqueta de “Tía Klara y Prima Emma” para que tu hijo sepa que tienen planes de pasar tiempo en la casa de sus parientes. Cada mañana puedes hablar sobre los planes del día y repasar las expectativas. Cada noche pueden discutir lo que hicieron y los planes para el día siguiente.
Trae algunos objetos especiales
¿Tu hijo tiene un juguete favorito, un peluche o una película? Si es así, puedes llevar algunos de estos objetos preferidos como objetos de transición para mantenerlo ocupado mientras esperas en la fila del aeropuerto, sentado en el coche o durante las transiciones entre actividades. También pueden servir como objetos reconfortantes para tu hijo. Además, ten algunas recompensas por buen comportamiento.
Días de viaje
¿Estás emocionado por tu viaje pero temes el largo día de viaje? Encuentra algunos objetos que a tu hijo realmente le gusten para usarlos como recompensas mientras planeas viajar a través del país. Los objetos pequeños, nuevos, familiares y silenciosos son ideales para llevar como sorpresas en un avión. Envuelve estos objetos como regalos y utilízalos como recompensas por buen comportamiento. Algunos niños responden mejor a objetos nuevos, mientras que otros prefieren sus favoritos familiares. Recomiendo actividades silenciosas, ya que los pasajeros que se sientan cerca de ti te lo agradecerán. Aunque el juguete favorito de tu hijo pueda ser un cojín de flatulencias o un silbato, intenta encontrar juguetes que no sean demasiado ruidosos para quienes se encuentran a tu alrededor.
Mientras estén de vacaciones.
Descubre qué actividades en los destinos resultan más atractivas para tu hijo. Por ejemplo, si describes el hotel donde planeas quedarte y tu hijo nota que tienen un vestíbulo rojo, su color favorito, puedes recordarle que después de que se siente tranquilo en el avión, estarán en camino a ver la gran sala roja del hotel. O, si a tu hija le encanta nadar, puedes informarle que podrá nadar en la piscina si puede interactuar con sus primos.
Establece expectativas realistas.
Recuerda, la mayoría de los niños, especialmente los más pequeños, presentan desafíos en ocasiones. Las vacaciones familiares ofrecen nuevas experiencias y son muy diferentes a un día típico en casa. ¡Puedes esperar lo inesperado! Puedes haber pensado que un día en la playa encantaría a tu hija y te permitiría relajarte, pero cuando llegas, tiene una rabieta porque no quiere ensuciarse el traje de baño. Estos imprevistos pueden causar estrés a los padres. Solo recuerda: como padre, no estás solo si tu hijo o hija hace una rabieta durante tus vacaciones. Lo más probable es que cada padre sentado al lado tuyo en el avión, en la tumbona junto a la piscina, o en la mesa cerca de ti en el restaurante haya pasado por una situación similar. Haz lo mejor que puedas para preparar a tu hijo y también para prepararte a ti mismo. ¡Son tus vacaciones también, así que intenta mantener una actitud positiva y disfrutar de los buenos momentos! Luego, planifica un poco de tiempo para que puedas leer tu libro favorito, organizar una salida nocturna con tu pareja o relajarte cuando regreses a casa.