Ofrecer panqueques con forma de la cara de Mickey Mouse en los restaurantes es una estrategia de marketing brillante. Lo sé porque tengo hijos, y mis pequeños de alguna manera ignoran todo lo demás en el menú para fijarse exclusivamente en la opción de panqueques de Mickey Mouse. Y aunque es solo un panqueque (y está en un menú que ofrece múltiples porciones de panqueques), optan por esa opción específica con las orejas. ¿Por qué? No por el sabor. No por el precio. Ni siquiera por la generosa capa de crema batida. Solo por su forma. La sonrisa de chispas de chocolate es solo un bono. El menú infantil atrapó a mis hijos en “Panqueque de Mickey Mouse” gracias a la imagen. Todo lo demás no tenía importancia.
Es por eso que adoro tanto el Lapiz para Panqueques. Fue como si me escribiera una nota de amor desde la estantería de la tienda, como si supiera que crecí con gratos recuerdos de mi padre haciendo panqueques creativos para mí cada sábado por la mañana. A veces los hacía en forma de animales; otras veces eran panqueques más abstractos que solo se podían traducir mediante la imaginación. Los rellenos variaban desde frutas hasta mantequilla de cacahuate o chocolate. La clave era que cada sábado esperaba con ansias los panqueques creativos. Todo se trataba de las formas. Y este Lapiz para Panqueques que compraría con entusiasmo en aproximadamente dos minutos sería mi inspiración para continuar la tradición.
La forma en que funciona el Lapiz para Panqueques es que lo llenas con los ingredientes de los panqueques. No necesitas un tazón, ni cuchara. Solo vierte la mezcla, los huevos y otros ingredientes en el recipiente del lapiz, atornilla la tapa y agítalo. Si intentas inspirar a tus hijos a hacer el desayuno, el Lapiz para Panqueques es una herramienta divertida para que lo usen. Además, es limpio. No creo ser la única madre que ha visto a su hijo dejar caer un tazón de mezcla o revolver demasiado fuerte, causando que la mezcla salpique por todas partes. Las tapas en la parte final se atornillan, permitiéndote lavarlas y enjuagarlas a fondo o meterlas en el lavavajillas.
La mejor parte viene a continuación: usar el lapiz es como dibujar una obra de arte comestible. Voltea el lapiz al revés, apriétalo y dibuja tu forma directamente en la sartén. (O puedes llenarlo fácilmente en moldes para muffins o envolturas de cupcakes). No soy una artista, así que para mi primer intento, me limité a dibujar letras: la primera letra de los nombres de mis hijos. No hay forma en que se peleen por quién obtuvo qué panqueque.
Aquí hay algunos consejos:
1) Si te incomoda hacer panqueques sin medidas exactas de ingredientes, calcula todo antes de ponerlo dentro del lapiz. Me gusta sentirme creativa y pretender que sé más que la receta, así que simplemente echo un huevo o dos, miro la mezcla de harina y añado líquido hasta que me guste la consistencia. A veces, añado mi querida Nutella si me siento especialmente atrevida. Luego lo agito como si realmente lo quisiera.
2) Prueba el lapiz dibujando primero un círculo en la sartén. Familiarízate con la presión ideal de apriete.
3) A menos que seas muy hábil dando vuelta a los panqueques, asegúrate de que tus letras o formas sean gruesas. Las líneas delgadas de panqueque son difíciles de mantener intactas cuando necesitas darles la vuelta. Aprendí esto cuando traté de voltear la letra “J”.
4) Recomendaría no pedirles a tus hijos que soliciten formas cuando apenas estás aprendiendo. Solo te estarás preparando para el fracaso. Mi hijo quería un panqueque de Darth Vader, y no había forma de convencerlo de que una forma rectangular torcida era exactamente eso.
5) Deja que tus hijos lo prueben. Usa cortadores de galletas para ayudarlos a crear formas. ¡Se divertirán mucho!
Puedes comprar el Lapiz para Panqueques en línea por alrededor de $10. Hay varios tipos en el mercado. La forma más fácil es buscar en Google las palabras “lapiz para panqueques” y ver cuál te gusta. Yo usé este de Amazon.
Independientemente de si los panqueques que “dibuja” son de forma perfecta o un desastre ambiguo, seguro que endulzarán los desayunos familiares con un toque de creatividad y una pizca de diversión.
Cori Linder es editora profesional y autora publicada.
