Como se dice, “el perro es el mejor amigo del hombre” – bueno, nosotros preferimos decir “el mejor amigo de la persona”. Pero los perros son mucho más que eso, son una parte integral de la familia. Mis hijos pidieron un perro durante años; yo hice un compromiso y les conseguí un gatito. Eso los satisfecho por un tiempo, pero luego volvieron a querer el perro. “Nosotros lo pasearemos”, “Nosotros lo alimentaremos”, “Cada niño necesita un perro” (dice mi hijo) y “Cada niña necesita un perro” (dice mi hija). Mi esposo tampoco ayudó, él es un gran sentimental y también quería un perro.
Me encantan los animales y en teoría me gustaba la idea de tener un perro, pero en la realidad sabía que sería una responsabilidad más que acabaría asumiendo yo. Terminaría alimentándolo, sacándolo a pasear, limpiando los pedazos mordisqueados de todo lo que comiera, etc. Pero después de semanas pasando por el refugio de animales en nuestro mercado de agricultores, ahí estaba. El perrito más adorable que has visto. Los niños suplicaron y rogaron. Yo me mantuve firme. Él se sentó en sus regazos mientras compartían una silla, lamía sus caras y se acurrucaba. ¿Qué podía hacer? Una hora después, llevamos al perro a casa.
Avancemos 8 meses, los niños no lo alimentan, lo pasean cuando se los pido tres veces, yo me encargo de limpiarlo, pero déjenme decirles, ha traído tanta alegría a nuestra familia que no cambiaría el pelo de perro por nada del mundo. Lo llevamos a caminatas familiares, paseos a la escuela y hemos hecho nuevos amigos con perros; no tenía idea de que estaría organizando citas de juego para perros. La mejor parte es llegar a casa después de un largo día y ser recibido en la puerta con un movimiento de cola y mucho amor.