Todos tenemos a una en nuestra vida. Puede ser tu vecina, tu hermana, tu mejor amiga, la mamá en la fila del auto compartido o tu colega en el trabajo. Ella es la creativa que pasa horas haciendo murciélagos de chocolate caseros para las bolsas de golosinas de kindergarten o la que logra encontrar tiempo (y tiene el talento) para elaborar centros de mesa hechos a mano. La admiramos, mientras nos sirve una taza de sidra casera hecha con las manzanas de su jardín, pero también nos sentimos culpables. ¿Los cupcakes que llevamos a la fiesta? Son de la tienda. ¿La calabaza en la entrada? Vino pre-pintada. Antes de que la culpa surja, recuerda que las fiestas no se tratan de las tarjetas perfectas o de los manjares recién horneados. Se trata de divertirse, ¡y no solo para los invitados, sino también para ti!
Sarah sobre “Abrazar la Imperfección”
“Trabajo a tiempo completo y ando corriendo tratando de hacerlo todo, así que cuando llegan las fiestas, me siento abrumada por todas las cosas que debería estar haciendo. ¿Conoces esas películas donde los niños en el asiento de atrás preguntan ‘¿nos estamos divirtiendo ya?’ Esa soy yo durante las fiestas. Así que, el año pasado tomé una decisión: organizar una fiesta de Halloween improvisada. Fue un potluck y vinieron todos los vecinos. Fue fantástico. Como fue de último minuto, nadie esperaba nada exagerado y todos estaban felices de reunirse por una hora antes de salir a pedir dulces. Fue la primera vez que realmente disfruté en mi propia fiesta y aprendí que no se trata de lo que sirves o cómo decoras, sino de quién está allí.”
Alicia sobre “Fiestas Sin Culpa”
“Me encanta Halloween. No hay pavos que cocinar, ni árboles que podar — no hay expectativas (aparte de un dolor de estómago por todo el dulce). Como alguien que ama entretener pero odia cocinar, Halloween es perfecto para mí. Así que lo convierto en mi fiesta cuando invito a todos. Halloween se trata de los postres — que de todos modos me encantan — así que es una manera perfecta de entretenerse sin sentir que debería haber hecho la salsa, horneado el pan o batido el puré de patatas.”
Aquí hay tres formas de bajo costo y bajo esfuerzo para organizar una fiesta divertida de Halloween:
1. Usa la Regla 80/20
Amamos esta regla y la usamos a menudo. Si no estás familiarizada con ella, se trata de elegir las cosas más importantes y olvidarte del resto. Ya sea que la apliques a las decoraciones, golosinas o recuerdos de fiesta, empléala al planear tu evento. ¿Cuáles son las dos o tres cosas que puedes hacer para que tu reunión de Halloween sea divertida? Concéntrate en esas tareas.
2. Acepta Ayuda
Nunca digas “nada” cuando alguien te pregunte qué puede traer. La mayoría de las personas quiere sentirse como si estuviera contribuyendo, así que elige algo de antemano para que cada persona aporte. Decide qué harás y luego reparte el resto entre tus invitados. Es una manera divertida de involucrarlos y compartir recetas, mientras también aseguras que no estarás esclavizándote en la cocina todo el tiempo.
3. La Cuenta y la Fiesta No Tienen Que Ser Aterradoras
Es fácil acumular una gran factura decorando la casa o comprando cada ingrediente para diez guarniciones diferentes — no lo hagas. Planifica con anticipación y utiliza lo que ya tienes. Hazlo más a la antigua y opta por lo espeluznante, en lugar de lo aterrador. Echa un poco de espagueti en una olla para que parezcan gusanos o pon uvas en un tazón para que parezcan ojos. A los niños les encantará (y no estarán huyendo) y los adultos apreciarán la alegría de antaño.
