Incluso los niños más difíciles para comer a veces disfrutan de un suave montón de huevos revueltos, especialmente si pueden ayudar a prepararlos.
Y mientras tus hijos saborean unos huevos revueltos en el desayuno, puedes sentirte satisfecho de saber que están comenzando bien el día con toda la proteína que necesitan.
Fundamentos
Aquí tienes cómo hacer una tanda básica de huevos revueltos:
1. Mezcla 1/3 de taza de leche en seis huevos batidos.
2. Agrega una pizca de sal y pimienta.
3. Derrite 2 cucharadas de mantequilla en una sartén.
4. Vierte los huevos y cocínalos a fuego medio, removiendo suavemente hasta que estén listos.
Adiciones
Experimenta añadiendo algunos extras para dar más sabor y nutrición. Por ejemplo, a los niños les podrían gustar cubos de queso, trozos de piña y jamón, o verduras picadas, como zanahorias, champiñones y calabacín.
Novedades
Otras formas en que a tus hijos les podría gustar comer huevos revueltos es integrándolos a una comida que ya les guste. Un taco, usando todos los ingredientes habituales pero reemplazando la carne por huevos revueltos, se convierte en una comida nutritiva en cualquier momento; puedes hacer lo mismo creando un burrito de desayuno. Poner huevos revueltos dentro de un pan de hamburguesa, un panecillo o un pan pita podría crear un sándwich que a tu hijo le encantaría. Otra idea es el pita de desayuno; simplemente añade huevos revueltos y queso rallado en la parte superior de una costra de pita sencilla.
Beneficios Nutricionales
Los huevos, llenos de vitaminas y otros nutrientes, ofrecen una alimentación muy saludable. Un huevo proporciona alrededor de 5 g de proteína y casi 90 mg de calcio. Los huevos revueltos son tan fáciles de preparar que pueden ser uno de los primeros platillos que los niños aprendan a cocinar por sí mismos, con, por supuesto, ayuda en la estufa. Otra ventaja de los huevos revueltos es que se pueden preparar un poco antes, siempre que se mantengan calientes sobre un cazo con agua caliente en lugar de sobre calor seco.
Precauciones
Aunque los bebés y niños pequeños pueden tener reacciones alérgicas a los huevos, este problema, para la mayoría de los niños, se supera rápidamente, a menudo para cuando cumplen 5 años. Es importante tener en cuenta que los huevos tienen 200 mg de colesterol, por lo que limitar la cantidad de huevos que consumen los niños en una semana es una buena idea. Se debe evitar cocinar huevos en sartenes de hierro fundido, ya que el tono verdoso que pueden adquirir, aunque inofensivo, seguro alejará a los niños. Es crucial lavarse las manos a fondo con agua tibia antes de manipular huevos crudos debido a la pequeña posibilidad de intoxicación alimentaria por salmonela.