Agrega un toque de dulzura al pollo a la parrilla cubriéndolo con una espesa y deliciosa salsa barbacoa de miel hecha en casa. Si prefieres que tu comida tenga un poco de picante, añade una pizca de pimienta de cayena o salsa picante a la salsa barbacoa para un agradable contraste entre dulce y picante. Si te sobra salsa, utilízala para bañar verduras a la parrilla o para decorar el pollo cocido.
Paso 1
Vierte 2 cucharadas de aceite vegetal en la cacerola. Colócala en la estufa y caliéntala a fuego medio durante un minuto, luego añade la cebolla picada. Cocina la cebolla durante cinco minutos, hasta que esté suave, translúcida y fragante.
Paso 2
Agrega ketchup, agua, vinagre, miel y salsa Worcestershire. Mezcla bien. Calienta hasta que hierva, luego baja el fuego y cocina a fuego lento la salsa durante unos 15 minutos, o hasta que espese.
Paso 3
Agrega sal, pimienta y el polvo de cayena o salsa picante al gusto. Si vas a reservar un poco de salsa para las verduras o para poner en la mesa, divide la salsa en dos recipientes. Reserva.
Paso 4
Calienta la parrilla a temperatura media. Puedes rociar la rejilla de la parrilla con spray antiadherente o untar un poco de aceite sobre el pollo.
Paso 5
Asa el pollo durante cinco minutos de cada lado, luego reduce un poco el fuego, cubre la parrilla y deja cocinar el pollo durante hasta 40 minutos.
Paso 6
Cubre el pollo con la salsa durante los últimos 10 minutos en la parrilla. Usa un pincel para esparcir la salsa uniformemente sobre el pollo. Descartar cualquier salsa no utilizada en el recipiente.
Paso 7
Sirve el pollo, pasando el recipiente adicional de salsa barbacoa en la mesa.
