Combate los hábitos selectivos de tu hijo para comer haciéndolo participar en la preparación de algunos platos o incluso comidas. Los niños que ayudan a preparar la comida tienen más probabilidades de comerla, incluso si se trata de algo nuevo o desconocido. Puedes fomentar aún más que tu hijo consuma una mayor variedad de alimentos dando un buen ejemplo y comiendo esos mismos alimentos tú mismo.
Quesadillas
Una quesadilla es una comida bastante sencilla de preparar y seguramente complacerá incluso a los comensales más exigentes, ya que es una versión elegante de un sándwich de queso a la parrilla. Vierte un chorrito de aceite de oliva o de canola en una sartén sobre la estufa y enciende el fuego a temperatura media. Ayuda a tu hijo a colocar una tortilla de harina o de maíz en la sartén, y luego déjale añadir queso rallado y una selección de verduras sobre la tortilla. Llega a un compromiso con tu hijo añadiendo una nueva verdura en la quesadilla o una verdura que él esté seguro de que no le gusta, como brócoli finamente picado o un poco de cebolla picada. Cubre el queso y las verduras con otra tortilla y ayúdalo a presionar hacia abajo. Cuando la tortilla de abajo esté dorada, ayúdale a darle la vuelta y cocina hasta que esté dorada por el otro lado. Corta en triángulos como una pizza y sirve con salsa y crema agria.
Súper Batido
Un batido casero puede estar lleno de vitaminas, calcio y otros nutrientes que tu hijo necesita para afrontar su día. Si tu hijo es lo suficientemente mayor para usar una licuadora, puede incluso ser una comida rápida que él mismo puede preparar en días escolares apresurados. Vierte 1/2 taza de leche o leche no láctea, como de soya o almendra, en un recipiente de la licuadora. Agrega aproximadamente 1/4 de taza de jugo de naranja. Corta a la mitad una banana fresca o congelada y añádela al recipiente, junto con 1 taza de frutas congeladas mixtas como fresas, arándanos o mango. Licúa hasta que quede suave y vierte en un vaso. Sirve con una pajilla para hacer que beber sea más divertido.
Mini Pizzas Rápidas
La mayoría de los niños, incluso los más selectivos, aman la pizza. Haz que tus hijos te ayuden a preparar versiones más saludables pero igualmente deliciosas en casa. Corta un muffin inglés o pan pita por la mitad. Pide a tu hijo que cubra con algunas cucharadas de salsa de tomate, una pizca de queso mozzarella rallado y cualquier topping que le guste. Si tienes uno, usa un horno tostador para cocinar las pizzas. Ajusta el horno a 350 grados Fahrenheit y cocina hasta que el queso se derrita, alrededor de 10 minutos.
Wrap de Pollo
Los niños se divertirán envolviendo pollo y otros ingredientes en una tortilla. Lleva a tu hijo al supermercado contigo y déjale elegir las tortillas que prefiera. Generalmente hay una amplia variedad disponible, desde tortillas integrales básicas hasta tortillas de espinacas de colores brillantes o de tomate seco. Coloca una tortilla sobre la encimera o la tabla de cortar. Ayuda a tu hijo a untar una capa de mayonesa, mostaza u otro condimento sobre la tortilla. Coloca un poco de pollo cocido en el centro de la tortilla. Pide a tu hijo que agregue tomates, lechuga rallada u otra verdura que le guste sobre el pollo. Ayúdalo a doblar un borde de la tortilla sobre el pollo y las verduras, formando un cilindro.
