Las mascotas y los niños son una combinación natural, pero también existen preocupaciones de seguridad tanto para el niño como para el animal. Una mordedura o ataque por parte de una mascota puede ser un evento potencialmente serio para un niño. Además, una mascota puede resultar herida si un niño no sabe cómo manejarla adecuadamente. Tomar precauciones desde el inicio de la relación entre la mascota y el niño ayuda a evitar lesiones para todos los involucrados.
Selección
Si aún no tienes una mascota, el proceso de selección juega un papel en la seguridad general del animal. La cantidad de espacio, las alergias familiares, el nivel de cuidado necesario, la edad de tus hijos y el tamaño de la mascota son todos factores a considerar. Si tienes niños pequeños, un perro grande o agresivo no es una combinación segura. Un niño que tiene dificultades para ser suave no es una buena combinación para una mascota pequeña y frágil como un hámster. Los reptiles generalmente son menos seguros para las familias debido al riesgo de salmonela.
Reglas Básicas
Establecer reglas básicas con tu hijo enseña hábitos adecuados de manejo de mascotas desde el principio. El niño debe saber cuándo se le permite manejar a la mascota y de qué manera. Practicar la forma correcta de jugar con la mascota es fundamental. Las pautas para alimentar y satisfacer las necesidades básicas de la mascota también ayudan al niño a aprender responsabilidad mientras mantiene una relación segura con el animal.
Si tienes un perro, enseña a tu hijo cómo prevenir mordeduras. El niño necesita aprender a no hacer ciertas cosas con un perro, como burlarse, tocarlo mientras come o duerme, acercarse a un perro atado o mirar fijamente a los ojos del perro, según la ASPCA. Enséñale a tu hijo a pedir permiso antes de tocar a un perro que no conoce. También debe aprender a permanecer muy quieto y en silencio si un perro se acerca.
Supervisión
La supervisión de tu hijo cada vez que interactúe con las mascotas de la familia mantiene a ambos, al niño y al animal, a salvo. Puedes intervenir si alguno de los dos rompe las reglas básicas. Si la mascota se vuelve agresiva, puedes separar a ambos y retirar al animal de la situación. También tendrás la oportunidad de intervenir y detener a un niño que se vuelva demasiado agresivo al manejar a la mascota. Estos momentos son oportunidades ideales para enseñar el manejo adecuado de mascotas.
Entrenamiento de Mascotas
Si la mascota de la familia es un perro, una clase de obediencia es una precaución de seguridad que podría ayudar a proteger a tus hijos. La clase enseña al perro comandos básicos que pueden ayudar a mejorar su comportamiento. La ASPCA recomienda enseñar a tu perro la palabra “detente” para ayudar a mantenerlo bajo control. El perro debe responder a “detente” tanto de adultos como del niño. Esto puede requerir práctica tanto para tus hijos como para el perro.
Consideraciones
Tanto las mascotas como los niños tienen la opción de elegir cuándo se debe terminar el juego. No fuerces a las mascotas y a los niños a jugar juntos si uno o ambos prefieren no interactuar en ese momento. Tu hijo debe aprender a reconocer las señales de que la mascota ha terminado de jugar, como alejarse o mostrar signos de agresividad. Separar los juguetes para niños y mascotas también ayuda a reducir interacciones negativas entre ambos.