La siguiente receta fue publicada originalmente en RebelGrain.com
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El abuelo de mi madre era adicto a la granola cuando era pequeña. Era un hombre militar: muy rígido y disciplinado, y cuando nos quedábamos con ellos, sabía una cosa con certeza: la granola y la leche serían mi desayuno.
Mi abuelo compraba docenas de cajas de granola a la vez. Compraba exactamente la misma marca y el mismo sabor, y siempre podía contar con al menos seis cajas perfectamente alineadas en la despensa desbordante. (Me río al pensar en él frente a las docenas y docenas de opciones de granola que tenemos disponibles hoy en día… ¿cómo habría decidido?)
Pero bueno, dicho esto, creo que se podría decir que tengo un lugar especial en mi corazón para la granola… y para los dulces recuerdos de infancia que evoca. Aunque me encanta la granola, el problema que tengo con la mayoría de las opciones comerciales (más allá del simple hecho de que son carísimas) es que están llenas de azúcares, conservantes y otros ingredientes poco saludables. Si lees las etiquetas, es bastante impactante, en realidad: algunas granolas tienen incluso más azúcar que cereales ‘tabú’ como los Copos de Maíz con Glaseado. ¡De verdad!
Entonces, ¿qué puede hacer una chica? ¡Hacer la mía propia!
Tiempo: Te llevará aproximadamente 10 minutos prepararla y 20 minutos hornearla.
Utensilios:
- Bandeja para hornear
- Bol grande
- Tazas medidoras
- Cucharas medidoras
- Pequeño bol de vidrio (o taza medidora de vidrio Pyrex)
- Contenedor grande hermético para almacenamiento
Ingredientes de la mezcla SECA:
- 1 taza de quinoa seca
- 1 taza de trigo sarraceno tostado (“kasha”)
- 1 taza de avena integral (si compras avena sin gluten, esta receta será 100% sin gluten)
- 1 taza de arándanos secos
- 1/2 taza de láminas de coco sin endulzar
- 1/2 taza de coco rallado sin endulzar
Ingredientes de la mezcla HÚMEDA:
- 1/3 de taza de miel
- 1/3 de taza de aceite de coco puro
- 1 cucharadita de vainilla
- 1/2 cucharadita de sal marina
Instrucciones:
Precalienta el horno a 300 grados en la configuración de ‘convección’; o, 325 en una configuración de ‘hornear’ normal. Mezcla todos los ingredientes secos en un bol grande. Reserva.
En un bol de vidrio, derrite el aceite de coco durante aproximadamente 45-60 segundos.
Agrega la miel y vuelve a colocar en el microondas durante otros 30 segundos. Usando un batidor de mano, mezcla bien; luego, añade la vainilla y la sal, y bate nuevamente para incorporar completamente todos los ingredientes.
Vierte los ingredientes húmedos sobre los secos y mezcla hasta que todos los ingredientes secos estén bien cubiertos. Extiende la mezcla en una bandeja para hornear para que tenga aproximadamente una pulgada de grosor.
Hornea durante aproximadamente 10 minutos. Retira la bandeja y cuidadosamente revuelve la mezcla para que las superficies expuestas se giren hacia abajo. (Presta atención especial a interrumpir los lados y las esquinas, ya que tienden a dorarse más rápido que el centro.)
Devuelve la bandeja al horno y hornea durante otros 10 minutos.
(NOTA: ¿La clave del tiempo de cocción? Estás esperando que la mezcla adquiera un hermoso color dorado claro. Así que, si la mezcla ya parece dorada cuando la sacas después de los primeros 10 minutos, querrás devolverla por menos tiempo después de revolver; y, si no notas mucho cambio en el color después de los primeros 10 minutos, podrás dejarla un poco más tiempo en la segunda ronda.)
Cuando haya terminado el horneado, retira las bandejas del horno y deja enfriar completamente la quinola en la bandeja. Una vez que se haya enfriado, utiliza una espátula para despegar cuidadosamente la quinola de la bandeja. (Cuanto más suavemente trabajes, más trozos tendrás en tu quinola.)
Almacena en un recipiente hermético.
